Las vistas panorámicas sobre el centro histórico de Sevilla desde el Hotel Alcázar son mágicas… Habíamos llegado por la tarde, subimos a la habitación y nos quedamos impresionados, alucinados por la belleza de las vistas desde los ventanales. Sevilla entera estaba a nuestros pies, el horizonte iluminado por la puesta del sol, la silueta de la Giralda y decenas de cúpulas alzadas al cielo.
Desde la terraza, tomé tantas fotos como pude para atrapar los colores del atardecer, los últimos rayos alumbrando la ciudad. En primer plano, los Jardines de Murillo y detrás el Alcázar y el casco histórico con la monumental catedral, y el legendario Río Guadalquivir brillando en la distancia.
Salimos a pasear por los jardines siguiendo el camino junto a las antiguas murallas de la ciudad hasta el laberinto de callejuelas que atraviesa la Judería. Era una atardecer apacible, el aire perfumado por las flores de los jazmines, e imaginé que era así en la Edad Media…la riqueza cultural de Sevilla se respiraba a cada paso.
A pocos minutos a pie, en el corazón de la ciudad histórica se halla la Plaza del Triunfo y la Catedral de Santa María, un grandioso templo católico, posiblemente el más impresionante de España. A la vuelta de la esquina, la Avenida de la Constitución es una avenida amplia de edificios elegantes del siglo XVIII, una zona peatonal donde los únicos vehículos que circulan son los tranvías ultramodernos y las bicicletas. El ambiente era mágico en diciembre con la iluminación navideña, las fachadas engalanadas con luces doradas y los escaparates de los comercios típicamente adornados.
Callejeando por los barrios históricos por casualidad encontramos la Plaza del Salvador, conocida por su emblemática iglesia y una taberna muy antigua con pórticos de madera, un lugar de moda para tomar una cerveza o un jerez fino fresquito.
Volvimos a la zona de la catedral para cenar. Hay muchísimos sitios de tapeo en Sevilla, ¡ir de tapeo es casi una religión! Los restaurantes sirven tapas y raciones para todos los gustos tanto las tradicionales como aperitivos fusión gourmet…las auténticas aceitunas Manzanilla merecen una mención especial.
Descubriendo Sevilla
Fue bonito ver el horizonte de Sevilla desde la cama al despertar por la mañana pero no podía quedarme allí, tenía que salir para conocer la ciudad de día.
El Hotel Alcázar esta justo enfrente de los Jardines de Murillo, los cuales bordean las antiguas murallas de la ciudad junto a la parroquia de Santa Cruz (la Hermandad de Santa Cruz forma parte de las apasionadas procesiones de Semana Santa desde la edad medieval). Los jardines son una maravilla, parecen un botánico con sus árboles centenarios y las magnolias gigantescas, originalmente traídas hace siglos desde las Américas.
La Calle Agua sigue los muros del Real Alcázar pasando por la Judería, un barrio precioso de callejuelas y pequeñas plazas repletas de naranjos ornamentales…los que dan las famosas naranjas Sevillanas para hacer mermelada agridulce.
Seguimos nuestro camino hasta la Puerta del León, la entrada del Real Alcázar; de origen Romano y reconstruido por los Almohades en 713, el Alcázar de Sevilla es el palacio real más antiguo de Europa, siendo residencia de verano de los reyes de España. Habíamos entrado a ver el Patio de las Doncellas y los hermosos jardines en un viaje anterior, la verdad es que el conjunto merece una visita detenida. La UNESCO lo tiene declarado como patrimonio de la Humanidad, conjuntamente con la Catedral y el Archivo General de Indias.
El Archivo de Indias se conserva en la original Casa Lonja (1584) donde los mercaderes negociaban en siglos pasados. Los documentos son de gran relevancia histórica referente al Imperio Español, el descubrimiento del Nuevo Mundo y su consecuente administración. Este fascinante edificio está en la emblemática plaza de la catedral, donde esperan los tradicionales carruajes de caballos, una manera recomendable para ver los sitios de interés turístico.
La Catedral de Santa María es alucinante, construida entre 1401-1507 sobre una mezquita del siglo XII, es la catedral gótica más grande del mundo. Compramos las entradas para ver los tesoros en su interior, los altares, obras de arte y demás objetos sagrados. Los restos mortales de gente ilustre como Cristóbal Colón descansan en la nave principal. Vimos dos bellísimos pasos, las imágenes sagradas que los costaleros se alzan en hombros durante las procesiones de Semana Santa, acontecimiento que vive la gente de Sevilla con auténtica pasión.
La Giralda era el alminar de la antigua mezquita y ahora el símbolo de Sevilla. El interior de la torre es curioso, se sube por unas rampas donde antiguamente accedían en caballo para llamar a los fieles a rezar. El campanario fue añadido por los cristianos posteriormente y este último tramo se accede por escalones hasta las campanas (mejor no subir cuando toca las 12 porque son tremendas…). Aquí estas a unos 100 metros de altura y las vistas como puedes imaginar son espectaculares. Si te asomas puedes ver el Patio de los Naranjos, el jardín interior de la catedral con su típica fuente y frutales.
La entrada de la catedral incluye una visita gratis a la Iglesia del Divino Salvador, a pocas calles distante. Originalmente fue templo Romano, después mezquita y finalmente reconstruido en el siglo XVI por la Iglesia Católica. Me encantó verla, su fachada barroca de tonalidad rosa, los dorados altares y las antigüedades preciosas.
Seguimos caminando unos minutos hasta la Real Maestranza, la imponente plaza de toros en la orilla del Río Guadalquivir.
Cruzamos el río por el icónico Puente de Triana – el que suele salir en las películas folclóricas – hasta el barrio de Triana donde nacieron algunos de los mejores guitarristas, cantaores y bailaores de flamenco.
Un corto paseo por la orilla Este del Guadalquivir y cruzamos de nuevo frente la Torre de Oro, una torre defensiva en forma dodecagonal levantada por los Almohades en 1220. Según leyenda popular, se llama así porque los galeones regresaban de la conquista de las Américas para dejar el oro aquí… Entramos para ver la colección de cañones, brújulas, mapas y demás artilugios expuesta en un peculiar museo naval, evidencia de la importancia del puerto mercantil de Sevilla en el siglo XV.
La ciudad entera parece una lección de la historia Española, llena de bellos edificios como los antiguos palacios, iglesias, conventos… o la Real Fábrica de Tabaco del siglo XVIII, hoy día convertida en universidad.
La Plaza de España es uno de los lugares que más me impactó, es simplemente monumental, destacando el impresionante edificio semicircular con pórticos y una torre en cada extremo abrazando una plaza central. En medio, un lago pintoresco cruzado por puentes; alrededor de la plaza, 46 provincias Españolas se dibujan en azulejos, los mosaicos mostrando los escudos y batallas históricas de cada una.
El complejo fue diseñado especialmente para La Exposición Iberoamericana del 1929 y actualmente acoge varias dependencias del estado. Está ubicado dentro del gran Parque de María Luisa, el cual apenas tuvimos tiempo de recorrer en esta ocasión.
Casi sin darme cuenta, habíamos dado la vuelta al casco histórico. Sevilla destaca por su riquísima y saludable gastronomía – el clima en Andalucía es el ideal para el cultivo del olivo, y el aceite virgen da un toque exquisito a sus platos. Antes de despedirnos de Sevilla, descubrimos un restaurante genial muy cerca del Hotel Alcázar para comer – aunque el barrio está tan cerca de las atracciones turísticas, los precios aquí me parecieron más razonables que, por ejemplo, la zona de la catedral.
¡Es sorprendente cuantos sitios de interés pudimos ver aunque solamente estuvimos en Sevilla dos días! Espero volver en primavera cuando el perfume de azahar impregna las calles, para vivir la pasión de Semana Santa y disfrutar de una fiesta muy especial, La Feria de Sevilla…
Hotel Alcázar
El Hotel Alcázar disfruta de una ubicación privilegiada enfrente de los Jardines de Murillo, en las aproximaciones de las antiguas murallas de Sevilla y su casco antiguo, y lo que me parece importante, se puede acceder fácilmente en coche. Los recepcionistas son profesionales y simpáticos – nos ayudaron un montón, explicando cómo llegar andando a los sitios de interés (se puede apuntar al ‘Feel City Tours Sevilla’ visita guiada… es gratis). En fin, las tarifas son muy asequibles – nosotros disfrutamos de una de las habitaciónes de lujo en la planta superior, la terraza con una panorámica mágica sobre Sevilla.
Recientemente bajo nueva dirección, el Hotel Alcázar ha sido reformado con elegancia y buen gusto; destacan detalles como la fachada de piedra Travertina, y la colección de relevantes obras de arte (escudo de piedra, tapices, cuadros esculturas… algunas corresponden al siglo XV) proporcionan un ambiente de distinción. La decoración es elegante, las estancias insonorizadas, con camas comodísimas y cuartos de baños de lo más moderno (un equipamiento superior con secador de pelo de calidad y espejo de aumento entre otros complementos).
La dirección tiene planeada alguna sorpresa que otra… un ‘sky bar’ en la azotea, un chill-out donde los huéspedes podrán tomar el desayuno en un entorno extraordinario, refrescarse en el ‘splash pool’ cuando aprieta el calor de verano, tomar una copa de cava bajo la luz de la luna al caer la noche y, por supuesto, contemplar la puesta del sol sobre el skyline mágico de Sevilla!
Hotel Alcázar, Avenida Menéndez Pelayo 10, 41004 Sevilla (España).
www.hotelalcazar.com
Cómo llegar:
En coche: Llegamos vía Granada por la A92, y regresamos por la A4 dirección Córdoba/Madrid. Tomar la E5 para Cádiz; la A-49 para Huelva y el Algarve (Portugal).
En avión: aeropuerto de Sevilla (10km); aeropuerto de Jerez (95km), ideal si quieren combinar una visita a Sevilla con algunos días de relax en la costa.
En tren: AVE tren de alta velocidad conecta con Sevilla desde Madrid, Barcelona y Valencia.
Plaza de España, Sevilla
https://youtu.be/r6EdD8m52oQ
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Maravillosa
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